Nada nuevo que sorprenda al mercado
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César Pérez Novoa
Tras la entrega del borrador revisado del proyecto de reforma tributaria por parte del ministro de Hacienda de Chile, Alberto Arenas, (en la fecha prevista tras las negociaciones entre partidos) creemos que no existirá una reacción significativa del mercado: los cambios son los que se esperaban y la modificación mayor -eliminación de la retención de impuestos- fue negociada a principios de julio.
Desde nuestro punto de vista, no hay nada en el resto del nuevo documento que cambie las reglas del juego para cualquier sector y el mercado está concentrando la atención en la reciente caída de los datos macroeconómicos y en la búsqueda de alguna respuesta del gobierno al respecto.
El proyecto incluye un cambio grande -la acordada eliminación de una retención de impuestos del 10% sobre la distribución de las utilidades corporativas- pero los demás son menores. Éstos incluyen otros beneficios para las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, no mejoran los requerimientos para el capital de trabajo; asimismo, los incentivos ofrecidos para el ahorro y la inversión tampoco tienden a ayudar hacia ese sentido. Entonces, prevemos que no habrá ninguna reacción del mercado ya que la nueva versión se ajusta a las expectativas del mercado.
El nuevo proyecto aumenta levemente la meta de ingresos tributarios propuesta por Hacienda en US$ 100 millones, de US$ 8.200 millones a US$ 8.300 millones. Se pretende que 1,39% del PIB provenga de impuestos bajo el concepto de “rentas presuntas” y 1,45% de declaraciones de renta realizadas usando una combinación con métodos actualmente existentes (‘semi-integrado’). Para financiar el costo de los programas educacionales y de desarrollo económico de la Presidenta Bachelet, el objetivo del plan es recaudar 0,3% del PIB en 2014, 0,97% en 2015, 1,84% en 2016, 2,30% en 2017, y 3,03% en 2018.
El nuevo plan elimina muchos de los mecanismos actualmente disponibles para los propietarios de empresas bajo el régimen de tributación corporativo del FUT, incluyendo el uso de reinversión dentro de veinte días, retiro de excesos, y la mayoría de los usos de pérdidas trasladables a ejercicios anteriores o actuales. También incluye reglas para la adopción del régimen “presunto” o “semi-integrado”, obligando a los contribuyentes mantener el régimen elegido por 5 años.
Se crean controles para evitar el uso de la interacción de los sistemas para eliminar responsabilidad legal; e impone más controles sobre el uso de las utilidades para los propósitos privados de los propietarios (para reducir la carga tributaria personal) con sanciones contra la empresa. Se requerirá que las empresas que inviertan fuera de Chile informen a la autoridad tributaria (SII) de forma detallada sobre la ubicación, monto y tipo de inversiones gravables y crea una regulación para distinguir entre el uso legítimo de las utilidades para la inversión/ahorro y las acciones diseñadas para evitar o retrasar pagos.
Esta regulación es aplicable a los contribuyentes en ambos sistemas (presunto y semi-integrado), y se aplicará tanto a nivel internacional como local.